El festival El Bosque Sonoro surgió en 2020 como una respuesta a la pandemia de Covid-19, con el objetivo de demostrar que era posible organizar eventos culturales seguros que beneficiaran al territorio y al sector. Desde sus inicios, se ha destacado por ser un festival musical auténtico y genuino. A pesar de haber surgido durante la pandemia y sin ayudas ni patrocinios, ha logrado consolidarse como un evento con un público fiel.
En sus dos ediciones anteriores, el festival destinó los fondos recaudados de la fila 0 a la reforestación de 120 árboles en una zona degradada del pueblo, creando así el Espacio de Renaturalización Alondra. Además, como parte de su compromiso ambiental, se ha plantado un árbol por cada entrada vendida, sumando más de 8.000 árboles reforestados a través de Tree-Nation.
El festival también se distingue por su enfoque gastronómico peculiar, con propuestas de pequeños productores de zonas rurales y el uso de vajilla compostable. Asimismo, se compromete a compensar las emisiones generadas durante el evento a través de la Fundación de Ecología y Desarrollo (Ecodes).
Este proyecto ha generado más de 40 empleos directos y más de 180 indirectos en un municipio zaragozano con menos de 60 habitantes permanentes durante el año. En ediciones anteriores, han participado artistas como Coque Malla, Los Planetas, Viva Suecia, La Habitación Roja, Zahara, Kiko Veneno, Triángulo de Amor Bizarro, Xoel López, Sen Senra, Natalia Lacunza, El Columpio Asesino, El Niño de Elche y Rufus T. Firefly.
La organización enfatiza que El Bosque Sonoro no es solo un festival, sino la unión de los residentes de este pequeño municipio zaragozano. Durante los meses de pandemia, vieron la oportunidad de hacer algo especial para su pueblo, buscando al mismo tiempo oportunidades laborales. Su objetivo es vivir, trabajar y disfrutar en su pueblo haciendo lo que les gusta.
El festival, en línea con su filosofía, se esfuerza por llevar la cultura a los pueblos vecinos. Este año comenzará con una fiesta en Mozota y cerrará con un vermú en Muel.
En resumen, El Bosque Sonoro ofrece una experiencia única y ejemplar que combina la conexión con la naturaleza, una oferta musical diversa y la integración comunitaria. Si estás cansado de los macrofestivales convencionales, esta es una gran oportunidad para vivir una experiencia diferente, lo agradecerás y repetirás.