El festival de música emergente Summer End se ha convertido en una tradición anual que cierra el mes de agosto en la histórica ciudad de Simancas. Destacando por su enfoque ecléctico, el festival ofrece una variedad de conciertos que van desde el autodenominado «folk de la meseta» hasta géneros como el rock, indie, música electrónica y cantautor.
El evento se desarrolla en cuatro escenarios distintos, donde alrededor de veinte grupos se presentan en actuaciones de entrada gratuita. La jornada comienza con un preámbulo musical en el escenario La Baruva, un entrañable chiringuito local, para luego trasladarse a la Plaza Mayor de Simancas, donde dos escenarios acogen las actuaciones principales. El Aftershow lleva la música electrónica a la sala Desierto Rojo en Valladolid, cerrando así la celebración.
El Summer End se distingue por su enfoque en brindar igualdad de oportunidades a todas las bandas participantes, desviándose de las jerarquías tradicionales en los festivales. Su génesis se remonta a la necesidad de encontrar espacios para presentaciones musicales, así como de promover el intercambio entre grupos locales y la creación de una plataforma para la escena musical de Valladolid.
Desde su inicio en 2008 en la urbanización El Pichón, el festival ha experimentado un crecimiento constante, atrayendo la participación de bandas como Bravo Fisher, Cosmic Birds, Campingas, Ángel Stanich, The Levitants y Corzo, quienes regresan este año. Aunque se mantiene como un proyecto sin ánimo de lucro, el Summer End ha logrado mantenerse gracias al apoyo de financiación privada.